“Y moriré siendo fiel a mi estilo de juego” -Decía su epitafio-

En el mundo del fútbol, como con todo en la vida, nos vemos sometidos a una evolución constante que nos exige amoldarnos y renovarnos para seguir siendo una pieza válida de su engranaje. Atrás quedan los esquemas tácticos piramidales con dos defensas y cinco delanteros que evolucionaron junto a la norma del fuera de juego o la figura del líbero defensivo y su progresiva desaparición, por poner algún ejemplo, y se mantienen modelos desarrollados hace algunas décadas como el clásico 1-4-4-2 o el vistoso 1-4-3-3 de Rinus Michels, que enamoró en la década de los 70, los cuales se han ido adaptando a las exigencias del fútbol moderno, a la vez que se perfeccionan beneficiándose de las nuevas tecnologías.

Dentro de esta evolución nos encontramos nosotros: los entrenadores. Personas con una visión del fútbol diferente, con distintos prismas, que buscan la llave hacia el éxito con distintas teclas, escribiendo la esencia del fútbol. No hay un sistema de juego idóneo, no hay un estilo de juego perfecto, no hay una clave escrita para el éxito en este deporte. Por ello, una virtud del entrenador debe ser la adaptación. No hay dos jugadas iguales y, por lo tanto, es mucho menos probable encontrar dos partidos iguales. Cada partido es una situación distinta, con un planteamiento distinto, una disposición distinta y así un largo etcétera. Por lo tanto, no debemos confiar en poder combatir todos estos aspectos con un único planteamiento, puesto que el rival también juega y no podemos obviarlo.

La antítesis a este pensamiento quizás sea Paco Jémez, un entrenador que no modifica la faceta táctica de su equipo en función de la entidad del rival que tiene delante, practicando un juego de posesión atrevido y agradable para el espectador. De momento los resultados le avalan pero…¿Durante cuánto tiempo puede ser sostenible? Es muy meritorio el trabajo realizado por el canario partiendo de cero al inicio de cada temporada. Tanto como arriesgado.

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Volviendo al mundo del futbol base, ¿Cuántos entrenadores pueden elegir el perfil de jugador que quieren para llevar a cabo su estilo de juego? Normalmente nos encontraremos a los 18 primeros jugadores que han pagado la ficha, pudiendo hacer una selección de ellos si se dispone de más de un equipo en la misma categoría. A pesar de poder realizar la criba, rara vez encontraremos todos los perfiles que creemos necesarios para transmitir nuestra filosofía al cien por cien. En ese momento es donde se demuestra la valía de un entrenador. Es lo que hay y debes sacar el máximo rendimiento de ese grupo.

Este problema no sólo sucede en el fútbol base. En la máxima categoría de este país nos podemos encontrar a varios entrenadores que no han acabado teniendo a su disposición el perfil de jugador que demandaron a la secretaría técnica.

También nos podemos encontrar con un bloque entero ya instaurado, con una filosofía asimilada, que puede ser contraria a la que queremos plantear. ¿Deberíamos forzarles a cambiar de mentalidad o aprovechar el trabajo previo e intentar perfeccionarlo?

Insisto en que también ocurre en la máxima categoría. Un equipo tiene interiorizado un estilo de juego que les permite sentirse cómodos y dar un rendimiento óptimo y, por cualquier motivo, llega un entrenador nuevo e intenta hacerles asimilar un estilo de juego que no les da resultado. Es el caso del Levante U.D. en la primera temporada de Juan Ignacio Martínez. Finalmente, la plantilla abordó al míster y le pidió que permitiese un estilo de juego como antaño. El resultado fue la primera clasificación europea en la historia de la entidad.

Por todo lo anterior, debemos elaborar el sistema de juego que consideremos más efectivo, pero siempre dejando un margen para la adaptación y no cegarnos en hacer lo que el coordinador quiere que hagamos ni en lo que vemos que hacen otros equipos, ya que dispondremos de una plantilla totalmente distinta. Lo mejor en estos casos es analizar nuestra plantilla e intervenir psicológicamente con nuestros jugadores. Así sabremos qué modelo de juego nos parece más apropiado y con cual se sienten más identificados y, en función del rival, añadir variaciones previamente trabajadas durante la semana.

Esta es mi tecla para intentar que en mi epitafio ponga “Sobreviví al fútbol”.

 

Sergio Massagué Cobo (@Kekio_09)
Técnico Deportivo, Grado Medio.