Futbolistas polivalentes. Un juego de posiciones.

Cuando asumimos la dirección de un equipo en una categoría de fútbol base, en la que los niños no conocen bien las posiciones y funciones que pueden desarrollar dentro del terreno de juego, y de las pocas cosas que tienen claras es que tienen que marcar goles en la portería contraria, debemos considerarlos deportistas que han de aprender divirtiéndose y la mejor manera de hacerlo es jugando. Este aprendizaje, para que resulte lo más divertido posible, debe realizarse sin especialización temprana en la posición que ocupe en el campo. Hemos de considerarlo un joven y futuro futbolista que ha de probar todos los puestos posibles para no convertirse en un jugador estándar a edad prematura. Especial atención tiene el caso del niño que, desde pequeño, desea ser portero e incluso presenta aptitudes para ello. El que quiera desarrollar sus habilidades en la portería podemos plantearla como una situación “especial”.

El hecho de que los niños pasen por todas las parcelas del campo les reportará el conocimiento básico de lo que cada posición requiere en el organigrama de un equipo. Aprenderán las funciones de las distintas posiciones, formándose como jugadores más completos en el futuro y adquiriendo mayor inteligencia deportiva. Pasar por varias posiciones no significa desorientar a los niños cambiándolos constantemente de ubicación. Cada niño tiene que ir asimilando, poco a poco, cada lugar que ocupe en el campo, aprovechando sus cualidades que podrán ser más o menos adecuadas para cada puesto del equipo. Sabemos que cuando un niño experimenta alegría y buenas sensaciones en una posición determinada, luego no le gustará salir de ella para probar en otra diferente. Debemos hacerle ver que en las demás situaciones también puede tener esas sensaciones positivas, aunque su rendimiento colectivo no sea el máximo.

 La polivalencia: una bendición para el entrenador.

Cualquier entrenador que quiera formar una plantilla necesita toda la información posible sobre sus jugadores antes de empezar a confeccionarla. Para ello debe poner en práctica diversos cambios `posicionales en el terreno de juego, en los partidos, ahí es donde los jóvenes aprenden a desenvolverse de diferente manera, ven sus carencias, se sitúan en el lugar de otro compañero y entienden mejor las funciones de cada posición. Situamos al atacante como defensa para mejorar su capacidad de esfuerzo, de marcaje y recuperación del balón. Adelantamos al defensa a zonas de ataque, para que distribuya el juego, decida rápido, en menos espacio y pueda terminar la jugada.

El entrenador-formador puede plantearse un sitio de salida, desde el que considere que debe iniciar cada jugador el partido, pero no debemos considerarlo como fijo y en ningún momento hacérselo ver al niño o a su familia. Si también conseguimos que los padres acepten los diferentes roles de su hijo, no sólo no se quejarán cuando juegue en posiciones diferentes, sino que participarán con nosotros a la hora de convencer al niño que la polivalencia posicional es la mejor manera de iniciación del niño futbolista en la táctica. Procuraremos hacerles entender que ningún jugador de la plantilla tiene una posición asignada y todos pasan por todos los lugares, aunque esto implique muchas explicaciones tanto a niños como a padres sobre las decisiones tomadas.

Poder adaptar a tus jugadores a distintas posiciones, disponer de un abanico de opciones a la hora de conformar el equipo inicial es la ilusión de cualquier entrenador de fútbol. La polivalencia es una bendición para el entrenador, le da muchas ventajas a la hora de suplir las bajas de un equipo castigado por las lesiones, también una buena formula para mantener una plantilla corta.

Formando jugadores que sepan atacar y defender por diversas zonas, que sepan hacerlo con sentido, nos diferenciará de otros que sólo saben hacer bien una de estas dos cuestiones tácticas. Cuantos más jugadores tengamos en el campo que sepan atacar y defender mayores serán las posibilidades del equipo de jugar bien y, por supuesto, de ganar. Si, en el futuro, estos chicos forman parte de plantillas en categorías superiores sus entrenadores tendrán mayor variedad de opciones que la de otros jóvenes a los que se les ha especializado muy pronto en una posición determinada.

El jugador polivalente.

Cuando los periódicos deportivos relatan las virtudes de los jugadores de fútbol profesional, en sus crónicas semanales, lo hacen transmitiendo al lector sus cualidades posicionales: “Comenzó de delantero y ya se ha consolidado de central después de jugar de todo menos de portero”. “En su primer equipo fue delantero, marcando goles, era habilidoso y rápido. En su posterior equipo se convirtió en un centrocampista de banda, tanto por la derecha como por la izquierda, y en el equipo actual comenzó como pivote para más tarde hacerlo de lateral”.

El jugador polivalente por excelencia es Cesc Fàbregas. Puede jugar en cinco posiciones distintas, puede moverse en casi todas las parcelas del campo con soltura. Puede actuar de medio centro, pasando por cualquiera de los dos interiores, de media punta y, últimamente, de delantero. Es evidente, a la vista de lo que ocurre cada partido, que Cesc puede jugar en cualquier sitio. Esto le permite al Barcelona tener en sus filas al jugador, posiblemente, más completo de la Liga Española, que podría encajar perfectamente en los planes de cualquier equipo del mundo.

Está comprobado que con una preparación multifuncional, se consiguen mejores resultados, ya que el futbolista domina una mayor cantidad de movimientos y conductas motrices y asimila las técnicas y métodos de entrenamiento más complicados mucho antes. Los entrenadores-educadores debemos tener muy en cuenta, a la hora de plantear las diferentes sesiones de entrenamiento y. sobre todo, los partidos cada fin de semana, liberar al niño de las mayores obligaciones posibles.

En edades de formación es fundamental evitar imposiciones absurdas, asignación de tareas que supongan una desmotivación en el niño. Tenemos que fomentar la coordinación y polivalencia del adolescente, incluyendo en su educación deportiva las distintas variantes posicionales que ofrece un equipo de fútbol, sin que le suponga un inconveniente, haciéndole ver lo positivo del futbolista polivalente, de una manera lúdica y divertida, que esto represente para él, simplemente un juego, un juego de posiciones.

 

Pedro Meseguer Díez (@pmeseguer).
Técnico Deportivo Grado Superior.
Entrenador Nacional de Fútbol.