Los cuatro pilares del rendimiento deportivo (III)

LA SESIÓN DE ENTRENAMIENTO

En este artículo, último de la serie, nos centraremos en los dos últimos factores que nos quedan por detallar: la Preparación Física y la Preparación Psíquica/Psicológica. Además, a modo de recapitulación, se ofrece un ejemplo de plantilla de sesión de entrenamiento, en la que se integran todas las capacidades y pilares del rendimiento.

LA PREPARACIÓN FÍSICA

“Se necesitan, al menos, 10.000 horas de entrenamiento planificado (10 años, 1.000 hs/año) para alcanzar la excelencia” Simon & Chase, 1973.

Dado que en la primera entrega de nuestra serie “Los cuatro pilares del rendimiento deportivo” ya abordamos algunas cuestiones sobre la preparación física, tales como qué, cómo, cuánto y cuándo entrenar, en esta ocasión abundaremos en la necesidad de adecuar el entrenamiento a la etapa de maduración de nuestr@s deportistas… ¿O es que tienes un patrón fijo de entrenamiento para tod@s tus atletas?

Estoy convencido de que a estas alturas ya coincidimos todos en que no se entrena igual a un equipo de alevines que a otro cadete o infantil pero… ¿qué pasa con las diferencias individuales de maduración de cada un@ de l@s componentes del equipo? ¿Exigimos a tod@s las mismas habilidades? ¿Respetamos las distintas capacidades y velocidades de aprendizaje que nos encontramos dentro de un mismo equipo?

Estas son cuestiones muy importantes que todo entrenador debe considerar, a fin de lograr el bienestar, la diversión y la mejora de todos sus deportistas, lo cual no siempre es compatible con los resultados en la tabla de clasificación (al menos, a corto plazo).

Tenemos que partir de la base de que l@s niñ@s no son adultos en miniatura, no vale “bajarse” los entrenamientos del Inter de Milán y hacer “lo mismo, pero un poquito menos”. En este sentido, numerosos expertos, tales como Bloom, Côté, Weiner, Balyi… han elaborado varias guías sobre entrenamiento infantil y juvenil, cuyas conclusiones resumo en la siguiente tabla:

Pilares III (1)

LA PREPARACIÓN PSÍQUICA-PSICOLÓGICA

“Son los factores psicológicos los que distinguen a los verdaderos campeones” Abbot & Collins, 2004.

Aunque lo citemos en último lugar, el psíquico es un pilar tan fundamental en la consecución de los objetivos deportivos como cualquiera de los tres anteriores.

Incluso aquell@s competidor@s a quienes se reconoce tener “madera de campeones” necesitan entrenar su psique interna para afrontar con éxito todas las dudas, complicaciones, lesiones… que se irán presentando a lo largo de su carrera deportiva. O lo que es lo mismo, en palabras de mi maestro:

“Cuando piensas que conoces todas las respuestas, la vida te cambia las preguntas”

Y es aquí donde entra en juego la figura del Coach deportivo, un profesional capacitado para acompañar, tanto a deportistas como a entrenador@s, en la búsqueda de soluciones en aspectos tan importantes como son: la ansiedad precompetitiva (autocontrol de la activación); motivación; establecer objetivos (individuales y de equipo) autoconfianza; control atencional, postural y espacial… toda una serie de técnicas y estrategias perfectamente entrenables y mejorables, sin dar concesiones al azar ni recurrir al típico discurso hollywoodiense del entrenador carismático en el vestuario, apelando a una remontada épica que siempre llega en el último segundo de partido (y de película). Eso no suele pasar en la vida real.

Recapitulando: la sesión de entrenamiento

Una vez visto y entendido la complejidad y densidad del entrenamiento del deporte de base, la pregunta viene por sí sola: ¿Cómo integrar todos estos conceptos en una sesión de entrenamiento de 60 minutos? ¿Cómo entrenar a un equipo de 20 niños atendiendo, además, a las individualidades de cada uno de ellos? Y no menos importante: ¿Cómo conjugar entrenamiento, aprendizaje y diversión?.

Supongamos que tenemos a nuestro cargo un equipo infantil femenino de 2ª categoría provincial, que acude al club a entrenar 75′, dos días (sesiones) -martes y jueves- por semana (microciclo), además de los partidos de liga, en fin de semana. Como el ejemplo que mostramos en la tabla que sigue es de una sesión del martes, dedicaremos la parte táctica a repasar los errores del partido pasado, incidiendo más en la parte física y técnica, dejando la vertiente psíquica para el final de la sesión, en la vuelta a la calma. Además, debemos tener en cuenta que, a estas edades, es difícil mantener la atención de las chicas en explicaciones tácticas o ejercicios psicológicos de más de 10′-15′, por lo que es recomendable que los ejercicios no excedan de ese tiempo de manera ininterrumpida.

Si la sesión fuera la del jueves, bajaríamos la exigencia física, para no cargar demasiado a las atletas, de cara al partido del fin de semana.

Por último, es recomendable contar con un ayudante (segundo entrenador, preparador físico, delegado de equipo, padre comprometido, jugador@ de mayor edad…) que se dedique a aspectos “técnicos”, tales como toma de tiempos, anotaciones, incidencias, preparación de elementos de apoyo (conos, picas…).

De este modo, nuestra sesión de entrenamiento podría quedar como sigue:

Pilares III (2)

Jesús Alberto Rubio Paz.
Título Superior en Entrenamiento Deportivo.
Experto Universitario en Coaching Deportivo y Psicología para el alto rendimiento.